Todo es risa y diversión hasta que llega la crisis de la planeación de tu boda. Te sofocas entre la lista de invitados, el salon, elegir el menú, las interminables pláticas con tu prometido acerca del vals, tu vestido, las zapatillas, uff, y además de todo las responsabilidades que de por sí tienes en tu trabajo.
No te preocupes, no estás sola. Esto es más común de lo que crees y quisiéramos, ya que al menos 6 de cada 10 novias han tenido o tendrán un momento de burn out o estrés al mil antes de su gran día.
Pero ¿Qué puedes hacer cuando esto sucede?
Lo primero es que antes de perder la razón debes darte tus 5 minutos para respirar profundo. Recuerda que tu boda debe ser un momento que disfrutes desde el día cero hasta el gran momento en que celebres tu unión junto a todas las personas que amas.
Ahora toca regresar a lo básico y hacerte la gran pregunta que debiste hacerte desde el inicio de tu camino rumbo al altar.
¿Cómo quieres que sea tu gran día y cómo quieres sentirte?
Esa es la pregunta mágica para ese momento inolvidable de tu vida. Es muy posible que entre toda la planeación hayas olvidado la esencia que quieres lograr en tu boda.
Es importante que recuerdes cuál es el tipo de ceremonia o celebración que quieres tener, las emociones que quieres sentir y generar en tus invitados, y finalmente establecer los pequeños detalles por los que deseas que tu boda sea recordada.
No importa si estás a 8 meses de tu boda o a 3, esto igualmente te resultará muy útil para retomar el camino a disfrutar el proceso.
No tener claro cómo quieres que sea tu boda y las emociones que quieres sentir y lograr en tus invitados hará que termines con dolores de cabeza, estrés o ansiedad entre tantas pequeñas y grandes decisiones que debes de tomar.
Tendrás tantas dudas que te desbordarán y no sabrás por dónde comenzar, y es por eso que al final el caos se apodera de ti.
¿Qué preguntas puedes hacerte para recuperar el control?
Dependiendo cuál sea el o los puntos que te esté sacando las canas verdes en la planeación de tu boda deberás hacerte la pregunta clave:
¿Quieres que tu boda se recordada por el gran ambiente que creó el DJ o la banda?
¿Deseas tener una ceremonia íntima y llena de detalles?
¿Te interesa llenar el cielo de fuegos artificiales gritando al mundo que por fin es tu gran día?
¿Prefieres quedar bien con toda tu familia y conocidos o tu prioridad es llenarte sólo de la buena vibra de las personas que realmente quieres?
¿Qué te gusta y cómo quieres sentirte en tu gran día? ¿Y tu prometido?
Aquí la palabra clave es Priorizar. Tener muy claro como quieres que sea tu boda te permitirá enfocarte en los detalles que realmente harán la diferencia para que tu boda sea realmente como la haz soñado.
Si decidiste tener una Wedding Planner a tu lado para llevar la planeación de tu boda entonces apóyate en ella, recuerda que gran parte de su trabajo es absorber todo el estrés que de otra forma tendrías que cargar tú.
Mantén comunicación con tu prometido y recuerda que tu boda será un día inolvidable, y bien vale la pena disfrutar no solo el destino, si no también el camino.
Algunos otros consejos que puedo darte son:
Prioriza (ya sé que lo mencioné anteriormente pero es que en verdad es el punto más importante de todos para mantener el control y enfoque).
Crea una lista detallada de tu presupuesto (debiste hacerlo casi al inicio de planear tu boda, así que dependiendo de cuánto tiempo te falte solo necesitarás actualizarla).
Crea junto a tu prometido la lista de cosas por hacer (créeme que la necesitarás, porque esos detalles que dejas al último son los que terminan haciendo que sientas que pierdes el control, por ejemplo los requisitos del civil).
Considera contratar una Wedding Planner. Si aún estás en la etapa inicial de planeación puede ser una excelente opción, y si ya estás más cerca del altar que del Save the date entonces considera al menos contratar a alguien que te ayude a guiar el evento y se encargue que todo esté en su lugar.
Apóyate de tus damas y delega. Si tienes Bride Squad, amigas o hermanas/primas dispuestas a ayudarte acepta el apoyo en actividades menores o no tan importantes.
Fluye. Quizá algo no salga como lo planeas, pero no dejes que una situación negativa arruine uno de tus mayores sueños.
Y siempre siempre ten presente cómo quieres que sea tu boda, qué quieres sentir ese día y qué emociones quieres generar en tus invitados.
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